Y nos pasamos la otra mitad de nuestro tiempo intentando dar ese último paso que, definitivamente, nos haga cruzar esas líneas, porque seamos sinceros: siempre es más emocionante lo que pueda haber al otro lado; siempre será más interesante adentrarse en un terreno inexplorado que quedarse en el seguro pero aburrido mundo conocido; siempre puede ser más enriquecedor llevar la línea un poquito más lejos, para de esa manera también nosotros poder llegar un poquito más lejos; siempre querremos seguir avanzando aunque la única razón sea el no quedarnos estancados...
Y, ¿si disfrutamos tanto atravesando tantas y tantas líneas que nosotros mismos nos imponemos? ¿por qué hacerlo? ¿por qué seguir dibujando líneas en la arena que separen a amigos de conocidos? ¿por qué levantar muros para separar las preguntas que se pueden hacer a conocidos de las que se pueden hacer en el trabajo? ¿por qué excavar abismos para diferenciar a los amantes de los amores?
¿Será porque nos encanta cuando llega la marea y borra todo lo que nos había costado tanto tiempo dibujar? ¿será porque nos vuelve loco coger una cucharilla y escarbar poco a poco en los muros que nos vamos encontrando? ¿será porque nos chifla empezar a construir puentes? o ¿simplemente será que en algo tenemos que pasar el tiempo?
Pues aquí estamos, viendo el tiempo pasar...
Tanto separar a unas personas de otras me he acordado de un chiste que me contó un viejo amigo:
Un hombre entra a un bar y le pregunta al camarero: perdone, ¿donde puedo sentarme?
El camarero responde: de la puerta hasta aquí están los gilipollas, y desde aquí hasta la pared se sientan los subnormales.
En ese momento, una persona sentada al lado de la puerta dice: perdone, ¡que yo no soy gilipollas!
A lo que el camarero responde: pues ponte al otro lado, subnormal.
Un abrazo Jaime.
1 comentario:
Y tantas y tantas lineas trazamos que nos olvidamos de indagar sobre nosotros mismos,¿como somos,quien somos, donde estamos? y así pasamos nuestra vida,trazando lineas y justificando en los otros las decisiones que cada día tomamos y que creemos son las más acertadas y así pasan los años y un día descubrimos que no sabemos nada,acerca de nosotros, ni ¿quien somos,ni donde estamos, ni porque estamos?. Es triste, pues así me siento yo despues de casi cincuenta años de recorrer este camino que algunos llaman vida.
Publicar un comentario