Un poeta dijo en alguna ocasión que "el ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve". Es una frase sencilla, corta, sin palabras rebuscadas en algún diccionario barato de sinónimos, no habla de partículas subatómicas inimaginables para el común de los mortales ni trata un tema que sólo comprendan unos pocos, y sin embargo, no sé exactamente por qué ha venido a mi cabeza o por qué estoy hablando de ella en este apartado lugar...
Rebuscando un poco más en mi memoria recuerdo un documental que intentaba explicar en qué momento el cerebro de un niño, deja de ser el de un niño para convertirse en el de un adulto. El documental llegaba a la conclusión que uno de los puntos de inflexión en el desarrollo de un cerebro es el instante en el que los niños comienzan a mentir, e intentaba explicar dicha teoría diciendo que, cuando un niño se tapa la cara con las manos mientras que su madre dice "¿donde está Carlitos?", realmente cree que su madre no lo ve, ya que el niño no puede ver a su madre y piensa que su madre ve lo mismo que él. Sin embargo, cuando comienzan a mentir, su cerebro ha dado un salto cualitativo porque ha llegado a la conclusión que, lo que él ve del mundo no tiene por qué ser lo mismo que lo que ve su madre, que sus deseos y motivaciones, por regla general, serán distintos que los de su madre, y que su madre no podrá descubrirlos a menos que el niño se los revele.
En resumen, el cerebro del niño no sólo es consciente de su propia existencia (lo que consiguió hace tiempo cuando descubrió que la imagen del espejo es él mismo), si no que es consciente de la existencia de los demás y que la existencia de los demás es igual de compleja que la propia.
Otro pensamiento que aflora en mi cabeza es la frase con la que se ha resumido toda la filosofía de Descartes, es decir, "pienso luego existo". Parece un tanto egocéntrico pensar que uno existe por el simple hecho de pensar, es decir, ¿yo también existiría si mi cabeza fuese la única que piensa en todo el universo? Sería como aquella vieja cuestión sobre qué sonido genera un árbol al caer, si no hay nadie alrededor para escucharlo, es decir, ¿tendría algún sentido su caída? o, en general ¿tendría algún sentido su existencia? Personalmente no le veo ninguno.
Si la frase de Descartes fuese cierta podríamos estar viviendo en un universo frío, distante y sin sentido, sin embargo, si no es cierto que piense y por lo tanto exista, si no que existo porque alguien piensa en mí, estaríamos viviendo en un universo un poco más cálido, un poco más cercano y con un poco más de sentido.
Todas estas palabras son mi particular forma de agradecer a todas aquellas personas que en algún momento del día, han cerrado los ojos, han respirando lentamente, y han dirigido sus pensamientos hacia un alma perdida de Dublín. Todos esos pensamientos hacen que me sienta bastante menos solo andando este particular camino que algunos llaman vida.
Gracias.
Un abrazo, un beso y un pensamiento, al fin y al cabo, nos va la existencia en ello...
jueves, 8 de marzo de 2007
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1 comentario:
Me gusta tu particular forma de decirnos a todos que nos quieres mucho, por eso te echo tanto de menos alma solitaria que andas perdida por Dublin, se feliz, vive, viaja, y algún día vuelve, que aquí te estaremos esperando los que te recordamos y te queremos como eres, los valles lucences que te vieron nacer, la Villa de Madrid en la que pasaste tu adolescencia y sufriste el primer desengaño amoroso y el primer coma etílico, Capital de España, grande y acogedora,Ciudad, de la movida, de libertad y de oportunidades únicas, por todo ello no cambies nunca y no nos olvides no olvides tus raices.
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