domingo, 4 de febrero de 2007

Lo único constante es el cambio

Últimamente parece que nos están bombardeando con noticias sobre el cambio climático, al menos en medios ingleses (es que ahora leo The Times o The Guardian, sólo me falta un bombín y un paraguas, siempre perfectamente cerrado, para convertirme en un altivo gentleman), que si la temperatura subirá unos 4º C en los próximos 100 años, que si el nivel del mar puede llegar a ascender a 20 centímetros (y 20 centímetros, uno detrás de otro, son muchos centímetros, aunque seguro que aparece alguno diciendo que a él le sobran tres o cuatro...), que si todos esos problemas serán agravados por fenómenos como El niño, que si fenómenos extremos (inundaciones, sequías, huracanes, etc.) serán cada vez más frecuentes, en fin... todo un sin fin de noticias sobre el aciago y oscuro futuro que nos espera. Menos mal que he leído una noticia tranquilizadora, y es que, el gobierno estadounidense ya ha pensado en una solución para evitar el calentamiento global del planeta: se les ha ocurrido construir gigantescos espejos para colocarlos en el espacio y, de este modo, reflejar "algunos" rayos de sol, consiguiendo un "enfriamiento" del planeta.
Ufff... desde luego a "grandes problemas, grandes soluciones", no se les ha ocurrido dejar de emitir los gases que provocan el efecto invernadero porque de esa manera su economía dejaría de crecer un 0.1%, si no que prefieren un invento "ingenioso". Lo que me recuerda una historia que me contaron hace algún tiempo:

Al parecer, en la década de los 60, en plena guerra fría, en medio de la carrera espacial (uno de los juegos de "a ver quién escupe más lejos" más caros de la historia), Estados Unidos estaba ciertamente preocupado por cual sería el artilugio que usarían sus astronautas para tomar notas en el espacio, ya que, al encontrarse en gravedad cero un bolígrafo no podría escribir, por la sencilla razón que la tinta nunca podría descender. Se gastaron, literalmente, millones de dólares en buscar un invento revolucionario con el tamaño adecuado que permitiese hacer descender la tinta en gravedad cero y, cuando estaban a punto de tirar la toalla, descubrieron que los astronautas rusos hacía años que estaban utilizando lapiceros.
Existe una teoría, denominada la navaja de Occam, que nos dice que "en igualdad de condiciones, la solución más sencilla es probablemente la correcta", se ha aplicado con existo en campos como la lógica, la economía, la lingüística, la teología o la informática, lo que me lleva a cuestionarme ¿se podrá utilizar también en la vida?

1 comentario:

Unknown dijo...

Me gustaría ver un desglose por países para ver quienes son los que más aportan al cambio climático, porque seguramente los que están diciendo que hay que hacer algo contra el cambio climático, seguramente sean los que más aportan.