lunes, 16 de julio de 2007

Sand in my shoes

No sé si os ha pasado alguna vez...
Estás escuchando una canción, parece que el ritmo te gusta, te resulta familiar aunque sea la primera vez que la oyes, te dejas llevar en cada una de las estrofas.
La siguiente vez que la escuchas te fijas un poco más en la letra, te resulta cada vez más familiar, y la canción te gusta cada vez más y más, la pones una y otra vez y te imaginas uno, o varios momentos de tu vida que tengan relación con la canción, e incluso un día terminas pensando (con una sonrisa en los labios) que el compositor estaba pensando en mí, expresamente en mí, cuando escribió esta canción, que sabía lo que me había pasado, que consiguió meterse en lo más profundo de mi corazón y desentrañar la maraña que deben ser mis sentimientos y plasmarlos en una maravillosa obra de arte de tan solo cuatro minutos y cincuenta y nueve segundos de duración...

¡¡¡MENUDA PATRAÑA!!! ¿Acaso se podría tener una vida más triste? ¿más típica? ¿tan igual a todas las demás? ¿Soy al único que le resultaría de lo más deprimente tener la misma vida que hayan podido tener cientos, miles o millones de personas con anterioridad? ¿tener unos sentimientos tan "complicados y profundos" que se pueden resumir en menos de cinco minutos de canción? ¿tener una relación tan "especial" como la que pueda tener una niña de diecisiete años con su primer amor en Pennsylvania?
Si es verdad eso que estudié de pequeño que todos somos únicos e irrepetibles, por qué nuestras vidas se parecen tanto, por qué será más fácil hacer lo que hace todo el mundo, por qué resultará más cómodo seguir el camino marcado, por qué vivimos el mismo día una y otra vez, por qué nos da tanto miedo enfrentarnos a lo distinto, por qué preferimos quedarnos como espectadores en medio de la homogeneidad del público en lugar de subir al escenario y decir algo diferente, algo con nuestro toque personal, algo que realmente venga de nuestra singularidad como seres humanos... Probablemente lo que digamos será más aburrido, menos interesante y, en resumen, peor de lo que haya podido decir nuestro antecesor pero, por lo menos, será algo nuestro, algo mío, algo que nadie me podrá arrebatar, algo que capte la atención de, por lo menos, una persona, algo que cambie el destino de esa persona, algo que vuelva hacer soñar a esa persona que lo improbable se hizo ayer y que mañana toca lograr lo imposible.

No hay comentarios: